lunes, febrero 26, 2007

Wishes

Desearía no pensarte, de veras. Olvidar en un papel tu nombre y que después fuera roído por hormigas. Desearía no haberte visto, te aseguro, aunque no supiera después qué es esto de extrañarte sin haberte tenido entre mis brazos; qué es esta emboscada de mí contra mi mismo, no entiendo. Desearía volar, ser mariposa, calmar mi enérgico sentimiento cruzando un océano, ahogándome salado. Pero es día y es sin ti, otra absurda vez sin ti, sintigo siempre. 09:25 hrs.

A B C




Los ojos desearían estar cerrados. Las sombras no volvieron esta noche. Despertamos a la ciudad. En los muros fríos de la mañana se resbalan nuestras pesadillas, y nuestros sueños vuelven a ser pájaros. Veo el cielo, no puedo ver. Reúno pedazos de nada y formo un cuerpo: puedo caminar en su pliegue, me guío. 09:02 hrs.

Esperaba el momento más adecuado e inesperado: ocurrirá--decía-cuando menos te lo esperes... Entonces había un silencio de orquesta y callado, un presentimiento. Cualquier coincidencia o evento, cualquier anuncio, letra mal colocada; cualquiera de los que iban y venían por las calles, su tipo de ropa, el lugar adonde veían podría ser parte de su representación para encontrado. Así esperaba, ensimismado, sin emoción ya, porque toda la vida presente probablemente era una mentira. Lo que habían planeado, había dejado de ser sorpresa y era sorpresivo asustarse de caminar, incluso de asomarse por la ventana
—cuando menos te lo esperes...
recordaba en el momento de querer abrir las cortinas. En su cuarto oscuro, día y noche eran lo mismo; y se refugió bajo las sábanas. Tendido, miraba el cielo raso, del que había prescindido de las estrellas de plástico y de las lámparas; lo quería sin mancha, preparado para que no lo sorprendieran. Se cobijaba bien y casi no cerraba los ojos, un ligero sueño podría ser su final: se mantenía en vela, sólo viendo la pintura del techo. Le angustiaba escuchar, aunque hubiera preferido colocarse unos tapones; desistió de esa idea porque imaginó que si se dormía el escuchar podría prevenirlo: el ruido del viento, el delicado paso del gato por la cama; los beeps beeps de los automóviles a lo lejos lo inquietaban mucho, lo desesperaban. Pensó que todo esto, hasta las sábanas y su casa no eran suyos, y habían sido dispuestos por no sé quién para provocar el encuentro. 12:29 hrs.

En el recorrido usual de las mañanas C observaba con emoción a gentes que esperaban. No se sabía a quién o qué, pero ese no saber, aunado a una paciencia absoluta de ellas, hacía que se demorara la alegría en su cara. C miraba cada detalle, le gustaba pensar qué esperaban aquellos perezosos ciudadanos; le gustaba soñar con ellos y hacerlos pasar por situaciones difíciles con finales inesperados, pero felices. Después C dejo de verlos, no fue porque no quisiera, es que se olvidó de soñarlos una noche. Al amanecer, la ciudad espléndida se disponía útil, más bella, callada. 14:19 hrs.

lunes, febrero 19, 2007

Omiltemi

Tuvimos que llegar hasta la esquina para poder tomar el colectivo después de seguirlo por toda la calle. Diferenciado del resto por su franja azul y porque no abunda, sentimos que estábamos de suerte cuando al salir de la casa lo vimos de improviso. El chofer nos cobró lo establecido y esperó, con pasmosa paciencia, que se llenara. Los usuarios acostumbrados a este insoportable tedio no se miraban unos a otros. Los que subieron primero buscaron el lugar o asiento disponible más apartado del resto. Señoras de largas trenzas sacaban una moneda y con la ayuda generosa de su acompañante, una niña de bellos ojos, pagaban su cuota de costumbre. Hasta que las rodillas de unos con otros se juntaron, el chofer guío el colectivo lejos del mercado. La ruta, nos llevaría a una colonia elevada de la traza original de la ciudad; a una zona áspera, todavía sin pavimentos y rodeada de montañas negras, donde la tarde empieza más temprano y oculta el camino de vuelta a las chabolas; a un lugar otrora inhóspito en que abundaban las iguanas y ocelotes. Poco a poco los pasajeros descendían del colectivo y se hacían chiquitos hasta confundirse en las bocacalles o bajo toldos que resguardaban a ancianos peluqueros. Y nos íbamos quedando solos. A fuerza de trompicones y subidas forzosas el chofer llegó a nuestra parada: ya estando fuera de la combi disfrutamos de la generosa vista que se tiene de la ciudad y de la sierra, acto que compensa extraordinariamente las condiciones de vida que aquí se apreciaban. Aunque los pobladores de la colonia disponían sus casas hacía dentro, hacía su patio, hacía su intimidad; tal vez ignoraban lo amable del paisaje, o tal vez no les gustaba exteriorizar sus emociones y que los vieran extraños como nosotros. Ese secreto de su alegría y el asombroso respeto a la naturaleza convertía a la mayoría en personas calladas y concretas en su lenguaje; inmutables seres, especiales. 14:20 hrs.

domingo, febrero 18, 2007

Del Tamayo

Hoy, aquí:

Contempo África
Nontsikelelo "Lolo" Veleko, Cindy y Nonkululeko, 2004

jueves, febrero 15, 2007

Hoy hace un año

Tú me acostumbraste
A todas esas cosas
Y tú me enseñaste
Que son maravillosas
Sutil llegaste a mí
Como una tentación
Llenando de ansiedad
Mi corazón.

Yo no comprendia
Como se quería
En tu mundo raro
Y por ti aprendí
Ahora me pregunto
Al ver que me olvidaste
Por qué no me enseñaste
Cómo se vive sin ti?
Chavela Vargas
Tú me acostumbraste

Día de guerras

Después de ver las peliculas de lñárritu, tres hasta el momento, salgo con la misma sensación de extrañeza y sordera de la sala de proyección. El exterior iluminado luce más artificial, asi como los anuncios y las vitrinas donde se exhibe la moda decadente de nuestro tiempo. Los sonidos me agobian, y son ensordecedores los avances de automóviles. Los pasos de la gente retumban en mi oido como si algún tramoyista hubiera dispuesto con ingenio micrófonos en los pasillos y calles. Tienen tal efecto en mi, que avanzo incólume y como sonámbulo, ignorando las señales de tránsito y escapándome de caer en vertederos que parecen precipicios: huecos que arañan el partido de calles de la ciudad. Es extraordinario que un filme te haga sentir esto, son como ataques de fiber. Continúa en mí este trance destacadisimo, y agradezco a mi mismo la paciencia de esperar los minutos necesarios para tener esta paleta de sensaciones: Babel, belba, ableb. 10:36 hrs.

En Lisístrata, de Aristófanes, las mujeres practican el celibato como una alternativa para evitar la ida de sus esposos a la guerra; cansadas del abandono y afecto se unen, provocando, sin quererlo, la paz. Hoy se les ha otorgado el "privilegio" de descansar, porque es "su dia". Su ausencia hace crecer el estrés de los que entran y salen, y aumenta el riesgo de golpes involuntarios y malentendidos cínicos entre uno y otro huésped. Su ausencia hace imaginar lo inútil de los pavimentos, sin el rítmico sonido de sus tacones; hace imaginar turbulencias en nuestros rostros, sin la ternura de su sonrisa; me hace imaginar un silencio de acero, una noche muy larga, un abandono de cepillos y bilés, miles y miles de trocitos de espejos; me hace imaginar un payaso en escala de grises, porque su ausencia definitiva nos deshidrataría la Vida. Ojalá ya vuelvan, porque con su voz cambian lo que ocurre, nos animan, ­porque no soy yo si no las veo. 11:29 hrs.

miércoles, febrero 14, 2007

14 días del mes de febrero

Notas del día
Escucho con una atención medrosa todas las voces del pasillo, confieso que preferiria el anonimato; se hablan y se rien, se cuentan, se gritan y el vocerio se me mete hasta los huesos, tal vez estaré a punto de enfermarme, no lo sé. Llegan y hablan sin molestarse, como si fuesen únicos, ignoran a los que están detrás de los muros. 9:05 hrs.

La puerta está entreabierta, por allí cabe todo el universo de sus ojos; por los vidrios, testigos de una fuente en ruinas miro la estructura de su espalda. Los segunderos de la luz empiezan a colorear el gris de las paredes, esos cubos impertinentes que turban su silencio, su alegria y la hacen ocultarse de mis ojos. Toda la vista existiendo inexplicable, un rastro, una cometa. Volábamos como si fuéramos papalotes: enredados. Nos extingue el viento, la arena de los pueblos de infancia nos aniquila. Y yo la busco, inexplorable, virgen, hundida en los secretos de la tierra, altísimo es nuestro vuelo, es hora de caer. 9:17 hrs.

Tengo en la boca esa sensación de gusto, de conocimiento. Me acompaño de la música: "where did the living so", pienso en una mujer de cabello negro y corto, con esos ojos claros que te convierten en estatua. Pensamiento tan vívido el que sentí, que pensé que estaba sentada a mi lado. Siempre he tenido esa curiosidad como un anacronismo personal, cómo decirlo, cómo explicarlo: de estar sentado al lado de gente, muchacha de mi misma edad pero de tiempo muy dispar. Así que pienso en esta irónica belleza que ronda más en un personaje onírico que en lo real. Con sus facciones finas, sutiles, pero con un aspecto temible, enérgico. Parpadeo y desaparece. 9:30 hrs.

Tal vez se deba a aquella extraña cosa que me regaló esa aventurera en Río Domingo, pero no ha pasado momento en el día en que no la recuerde. Tengo sueño, el día de ayer, de celebración del Santo, hubo pachanga y mucho mezcal, y estuve tentado a no participar en aquel festín pero pudo más mi vicio y regué la risa con escuálidos señores por la plaza y calles. Allí la conocí, estaba lavándose los pies en una de esas extrañas conchas que solía haber en los pueblos antiguos. Olvidé a los compañeros y la borrachera se convirtió en deseo. El agua recorria su piel y ella se frotaba las manos desde los dedos hasta los tobillos; en su posición, casi en cuclillas, por un bellísimo movimiento geométrico, que rivalizaba con las perfectas formulas del libro de aritmética; su cabello cubria su rostro, como un velo místico que hinchaba la ilusión en mí. El sonido, toda la algazara parecía haber cesado porque sólo la miraba. La imaginé tendida y yo a su lado escuchando su extraña voz contándome historias en un dialecto mágico y misterioso. 9:48 hrs.

Hay, te veo y siento esta maldita afección en el corazón. 10:48 hrs.

El amor tendria que ser libre, tendria que hacemos sentir vivos, como esa vieja canción de Fobia. Si ella quiere venir, que sea bienvenida, sino, como en Amelie: pues no. Pues no pasa nada en esta vida que no lleve a otra casualidad. La selección es un azar a veces, es emocional, no es nada clara. La ilusión es una noche estrellada donde te enamoras de una estrella, aunque hay varias, sólo hay que mirar para otro lado, girar el cuello, quitarse el polvo de enamoramiento de los ojos. Me gusta esta quietud y este semiestado de inconciencia-digo semi porque no estoy completamente inconciente, porque puedo escribir, ver, pensar-te-me gusta pensarte, me gusta pensar tu nombre junto al mío, me gusta pensar tu letra y mirarte lejos; me gusta pensar que estás pensando en mí. Ayer caminé sin ti, pero muchos días he caminado así; podría caminar sin fin buscándote porque sé que estarás en algún lado, y escribirás mi nombre en tu piel en la palma de tus manos. Si cierro mis ojos veo una sonrisa que no he visto, si hablo, mi voz se desvanece, huye rápido a estrellarse en una imagen que no existe, sin embargo late, crece, se ensancha cada día y me seduce más y más. Y todo es posible en este espacio en que no estás. Puedo nutrirme de algo que no ha pasado y desear que el pasado hubiera sido contigo. Cuando veo mis manos, imagino la tuya manteniéndolas al aire, elevadas, porque sin la amorosa fuerza de ellas las mías se encogen, me pesan, cuelgan de mi cuerpo ... se preparan para un abrazo. Cuando duermo, los instantes en que te sueño son urgentes sugerencias de tu compañía. Hoy amanecí sin ti y contigo, qué hermoso, cómo hasta en las palabras hay separación y cercanía: "sin ti", donde yo voy siendo sin y tú ti; y cuando esté "contigo", trasmutaré mi emoción, mi alegría y seré contigo, y tú estarás en medio de mí. Hay, quisiera alcanzarte un beso, quisiera abrazar todo tu cuerpo inmaterial, invisible, inadmisible en este paralelepípedo donde fabrico tu encuentro conmigo. 11: 14 hrs.
He recibido, por el día, en una bolsita de papel celofán, al parecer, chocolates. El rojo abunda y corazones diminutos imbrican la envoltura de estos caramelos de forma ovoide. También hay un listón rojo y una tarjeta donde se ve a un par de osos polares, de peluche, darse flores y desearse "un día lleno de buenos momentos". Contrasta con su piel el negro de su nariz. Lo curioso es que hay un sol de atardecer y el paisaje luce lo bastante cálido y campestre para lo polar de su vida bidimensional. Agradezco la-acción valiente de la portadora de estas sorpresas. Me han obsequiado dos paletas más, con la gastada forma del corazón; la primera fue por casualidad, porque yo pasaba por allí y alguien, que traía una bolsa enorme llena de paletas, estaba repartiéndolas, y haciendo un gesto muy chistoso con la punta de sus labios me la dio
-es un corazón que tiene un hueco, ya viste que es en forma de corazón también.
La última, o corazón paleta, me la regalaron a cambio de un abrazo, fue un trueque un poco forzoso porque no acostumbro, y menos en público, a mostrar afecto; así la recibí, y cerraba los ojos y me acordé de aquella camioneta saturada de globos rojos en forma de corazón, mejor pensé en las fotografías de los glóbulos rojos y ahhh ... 11 :28 hrs.

Contigo es distinto porque las palabras no fluyen fácilmente, se me quedan en la lengua. Y yo me siento distinto y muy callado. 12:11 hrs.

Ahoga este sentimiento, aniquílalo, asesínalo, se imperativo con tus emociones: quémalo y esparce sus restos para que se lo coman las mariposas blancas, los peces, para que las lombrices lo lleven al interior húmedo de la tierra. Aléjate de él, encuéntrate; despistado vuélvete: olvídalo como una camisa que extraviaste en el salado mar; hazlo cosa, desaparécelo, para ordenarte para seguir. 13:11 hrs.

Toneladas de pájaros vuelan rítmicos, oscurecen el pavimento. Sus sombras se estrellan en arbustos, en pretiles, en bancas, en kioscos, en gente que pasa. 13:21 hrs.

Hay como descargas en el pecho, como si empezara a crecer el esqueleto. Siento esta fiebre, este alboroto químico en mi cuerpo. 14:15 hrs.

Ayer cumplió años doña Mago, mujer longeva y muy estimada por todos en el edificio. Ella dice que ha trabajado toda su vida, que no tiene quién la recuerde pero por ella han pasado varias de las generaciones que han hecho a Chilpancingo lo que es. Trabajó de nana la primera vez que estuvo aquí, en la ciudad, porque ella provenía de un pueblo anónimo en la geografía de Guerrero, y la llamaba ciudad con orgullo-todavía la llama-. Dejaba toda una mudanza y caminatas en el campo para internarse en estos espacios sombrios y rudos del trabajo. En sus manos lleva las marcas de cada año de sufridas labores y tareas, y, en su rostro, permanece inmune una alegria que quedó en suspenso. 14:43 hrs.

Las hojas de aquellas plantas no se mueven a propósito, es el viento quien las menea, las azota; se ven como cuando a alguien están golpeándole y pone su espalda para contener esa furia. 14:47 hrs.

Empezareis por empolvar la nariz y no cesar hasta que nos sangre. Cuando hayan caído las primeras gotas, esperar un momento y, después, continuar con el procedimiento y así, sucesivamente. 14:49 hrs.