...estoy intentando escribirte con todo el cuerpo, enviarte una flecha que se hinque en el punto tierno y neurálgico de la palabra. Mi cuerpo incógnito te dice: dinosaurios, ictiosauros y plesiosauros, con un sentido tan sólo auditivo, sin que por eso se convierta en paja seca, sino húmeda.
Mis desiquilibradas palabras son el lujo de mi silencio. Escribo porque deseo hablar enormemente. Aunque escribir sólo me esté dando la gran medida del silencio...
*C.L.
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