viernes, enero 01, 2010
o
Hay un enero que me gusta, primo, y no está en el extremo en que te encuentras. Como has predicho, algo se pierde cada vez. Recuerdo tu insistencia en recuperar esto que se va. Alguna vez nadaste contra corriente, cuando íbamos de pesca con los tíos, para recuperar la sandalia; tuvieron que moverse pronto para que no te ahogaras y después te premiaron con una carpa para ti solito. Grande el pescado, con sus escamas rojas y doradas, pero no te bastaba, lo que deseabas se lo había llevado la corriente del río. Pero las cosas no se pierden⎯primo⎯se hayan diferentes, se comparten y amplían esta vida acotada. Hay un enero que empezaba con ustedes y nosotros; hay este enero ahora, abriendo un hueco en el aire por donde atraviesan mis recuerdos.
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