sábado, mayo 12, 2007

Notas

Este hombre que veo vive en las sombras, sin la “luz de luna” de José Alfredo Jiménez. La penumbra es tan densa que a penas puedo verlo. Sus miembros están rígidos y todo a su alrededor está estático. Ni siquiera sus recuerdos colorean el monocromatismo de su habitación y facciones. Adivino que tiene noches tristes donde la bruma, la niebla y todo lo telúrico amenaza con asfixiarlo. Me gustaría saber qué piensa. Sus parpadeos son lo único que distorsiona esta purísima visión de soledad. 12:53 hrs.

Hay un hombre regando las plantas con manguera, sin cuidado, por cierto. Su rudeza encorva los tallos de las flores y es un chapuzón violento en todas las hojas. Anda en mangas de camisa y como el tiempo es caluroso, aprovecha el instrumento para echarse agua en su frente, en su espalda, en su pecho. También enjuaga sus zapatos que quedan de un color café tabaco, como el tronco de un árbol sin estrías. Yo no sé por qué no termina ya. Parece que la satisface el olor mezclado de agua y tierra, el movimiento, el sol, el ruido, el estar como comúnmente se dice: al aire libre. 01:00 hrs.

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