martes, junio 28, 2005

Climático

“Ella se casó con un buen muchacho que tenía una casa con un balcón, una bicicleta pintada de blanco y una radio en la que en días claros se podían oír los radioteatros que transmitía L.L.L.1 Radio Magnum de Entre Dos Ríos, y bailó el vals calzada con zapatos de raso blanco. El día en que tuvo su primer hijo apareció una yema de un verde muy pálido a orillas de la gran laguna.”
"El inconfundible aroma de las violetas silvestres
ANGÉLICA GORODISCHER
Llueve, no sé si interese la apreciación meteorológica, mas pasa así. Llueve silenciosamente cadenciosamente: gotas grandes minúsculas caen recaen antes de que gire la manecilla del reloj después. Llueve desde el jueves por la noche, no cesan de aventarnos “jicarazos del cielo (leve recuerdo de un cuento de mi padre). Llueve intensa apretadamente sobre la tierra toda. ¡El ritmo de techos! Cuando las señoras vestidas de niebla descienden de los cerros sólo es para tender ese manto espesísimo que avisa la noticia, que corre como reguero de pólvora—¿qué escribes inti? (la pólvora es arqueología)—¡Llueve de una vez por todas! como por terrible inercia como si se estuviera en un imprevisto eclipse.
Llueve:
S
E
I
S (otoG)
C
A
E
N

Protagonista y en camado

CINE... Korea, 2001

Ella es una actriz
Se seca y mira el mar
Se viste de plata
Nadie la viene a buscar

No espera que toque el timbre
Se monta en su convertible
Y se va, ya verán

Qué se puede hacer salvo ver películas
Sueño con la actriz
Que se seca y mira el mar

Mi corazón es de ella
Mi mente está en las estrellas

Sobre la T.V. se duermen mis dos gatos
Salgo a caminar para matar el rato
Y de pronto yo la veo entre los autos
Justo cuando la luz roja cierra el paso

Me acercaré al convertible
Le diré quiero ser libre,
Llévame, por favor
Qué se puede hacer cuando las estrellas caen
Qué se puede hacer salvo ver películas.

Charly García, Qué se puede hacer

El fin de semana, mi hermana alquiló una película para mí: Quisiera tener una esposa, de Park Heung-shik; la disfruté mucho y una vez más fui victima de esa maldita afección del corazón; me enamoré de la protagonista: Jean Do-yeon... qué lástima está ella tan lejos.

Jean Do-yeon

Para ti: mi abrazo

Red & Blue

Quizá ya lo hayas visto.
Me ha gustado muchísimo.


Gracias Sandra.
www.haringkids.com/master_act_color.htm


jueves, junio 23, 2005

Pensamento

En ti, sólo pienso.
En teu bonita.

e s p e r a r
s a l t a r
a d i v i n h a r
n o m b r a r
e x t r a ñ a r


Sandra S.

miércoles, junio 22, 2005

Cinema

Yo sé que ahora vendrán caras extrañas
con su limosna de alivio a mi tormento
todo es mentira, mentira ese lamento
hoy está solo mi corazón.
GardelLepera, Sus ojos se cerraron


Me gusta su voz. Su gracia tiene que ver con cierta aspereza suave. Su tono juguetón y distendido. Me gusta cuando aparece y creo que no aparecerá en las mañanas, y entonces me adelanto, me levanto más temprano para pensar que así pueda aparecer. Sus frases entrecortadas y su saludo dejando ver la palma bien abierta avisándome que es ella y no ella—la de allá: encima de su hombro—. Y dice su nombre para que en verdad la reconozca y deja claro que es a mí a quien le habla, con su abrazo. Con su reloj, aclara la hora,
—a las 6 con 30...
la cita empieza... Me gusta también cómo le cae el pelo sobre la cara o cuando me cuenta que no quiere que se note que pasó por la peluquería. A ella también le gusta su cabello. Me gusta cuando frunce la nariz—¿es idea mía o frunce la nariz cuando está en desacuerdo con algo?—; también cuando sonríe. Hoy me hizo sonreír, primero eligió “Madagascar”, film animado por tres pingüinos
—“callados y felices... callados y felices...” (algo así decían, algo así ella decía después por tantísimas calles que me fue enseñando...).Segundo, sus largos pasos, porque tiene las piernas muy largas. Y hay terceros y cuartos, por ejemplo cuando sugirió quién debería pagar el café, quién las entradas de cine. Me entusiasma pensar en las pequeñas obsesiones que intuyo en su vida, la disciplina que imagino en el discurrir de sus horas.

sábado, junio 18, 2005

Tarde

Las líneas del perfil se pierden entre nubes que bajan, desaparecen los bordes, eso que le llaman el finisterre. Las antenas de radio, las torrecitas descarnadas, las levísimas puntas y marañas de cables que se acercan, precisan de la vista breve. Todo desvaneciéndose porque-también-cae la noche en un sueño todavía oloroso, todavía apenas. "Cuando las nubes descienden tanto a los cerros, es porqué están haciendo el amor la Tierra y el Cielo", decía el abuelo del gringo, mi amigo, mi más bello y mejor amigo: su cara era una fiesta: alto, plateado como una escama de mújol... Y se siente el frío éste, de estar allí, en el vacío húmedo solitario que me aleja de eso allá, para ver. Para que se haga la vista y a la superficie salgan los nombres y recuerdos, nostalgias; melancolías de cuando niño en el pueblecito se miraba así, -allá llovizna -dicen fantasmas en mis voces dentro, rostros irreconocibles, timbres que reverberan en las anfractuosidades de la montaña que se mira; acá en la equis del corazón. Y uno miraba acercarse la lluvia, con temor incierto, sin angustia, con la emoción con que te espero a solas, para refugiarnos en una de las tantas casas inventadas en sueños y en palabras.

"Desvaneciéndose"

jueves, junio 16, 2005

Daff

Lo mejor... las palabras de ella.

Sandra T. y Big Fish.

martes, junio 14, 2005

Aretes

En ella... el recuerdo de tus joyas, una la llevo cerca a mí, entre mi corazón...

En el fin de toda noche como esta, fuimos invadidos levemente por una lluvia agotada, sin la fuerza necesaria o fue furia la del viento más, porque cesó pronto, casi como la instantánea que nos tomamos en la azotea..., de tarde. De nuevo podría comenzar-dicen-porque calor hace, porque el gato con temor ha vuelto, porque ventanas algunos cierran, porque corren en la calle sin paraguas, porque algunos se besan bajo estrechos toldos: se esperan... dilatando su amor en sus bocas en sus labios secretos, de un rojo negro; en penumbras esperan retardarse en una lluvia que no empieza. O fue la repentina mala suerte, de unas ganas, de mis ganas de llover y, sentir este cansancio de caer como gota, sin pender de pensamientos, de dormir... bien.

Gustave Klimt: The Kiss

domingo, junio 12, 2005

De mino y viola

(fragmentos)

En el triste solo quieto momento de pensar en ella. De recordarla en el silencio en que la oía, a pesar de la red de menudos ruidos que lo envolvían. Su silencio tranquilo y el silencio de ella que se oye, rodeándolo por murmullos pasados ya, por cantos de sirenas luminosas que veía, abajo en la vía, en silencio pasar. Conteniendo la respiración, suspendiéndose, estaba alerta del paisaje circundante; como si en cada oscuridad más densa asomaran puntas de estrellas allá donde es más lisa la superficie del cielo. Y esto servía para avivar sus recuerdos. Se abrían en el silencio como una ostra hasta el punto de que ella se fuera revelando como un distinto planeta o una palabra nueva. Entonces se gritaba por dentro la palabra de su nombre, se gritaba invocaciones poemas versos. Un eco largo avanzaba en la oscuridad de dentro de su cuerpo, siendo ella en él, siendo un silencio viajando adentro. Siendo sus ojos la noche. Sus ojos que siempre lo miraban en silencio, y él, contenía la respiración porque estaba en ella, porque había entrado a un mundo más allá de cualquier palabra, y en ese corazón de palabras había silencio.
Un silencio de calles empedradas separaban a las casas, y en las terrazas de ellas; en los balcones, había cantidad de Minos pensando en su Viola.


"Melancolía", fotografía de Amanda Ruiz, de
su estancia en Buenos Aires.

Mensaje

Me siento para contestar en la tranquilidad y soledad el mensaje-tan esperado-mis ojos empiezan a partir-se, quebrándose... casi no puedo parpadear. El dolor transformándose, avanzando en mí, como hormiguitas arrancando pedacitos de mí, quedándose. Apenas puedo escribir, ¡imposible escribir un poema! Procedo con las gastadas palabras: los mediodías larguísimos, my bad poetry... Cómo me ha afectado, hay palabras que alejan, y esa es tan blanca como el paisaje polar de esta hoja. Me corta, me parte; divide mi silencio... hace más ancho el hueco que siento. Y solo quedan las ganas de llorar, quedan segundos últimos, sitios inexistentes que cristaliza la memoria: cada calle contigo, cada metro contigo, cada escalera contigo, es decir: desde que estabas. Los ojos miran el suelo pisado 'sin', un suelo sin la 'diamantina' que dejaban tus pasos. Quizá en otro tiempo; quizá, todavía, en este tiempo en que trato de acoplarme al ritmo del universo. Me he tardado escribiendo planas y planas de letras que no sé... Me he demorado en noches de tormentas tachando una palabra que me duele, y las horas extendiéndose tanto al recordarme sentado veinte centímetros por encima del asfalto: esperándote con los ojos empañados.
Qué manera de hacer viento. Cada vez viento más, como han sido todas las noches acodado en el balcón de la terraza, esperando el triste solo quieto momento de pensar en ti.

viernes, junio 10, 2005

Tatiana Sereno

Partiste-te

Queimas, ardes, estilhacas o meu altar.
Foste o meu inti, foste o meu mar.
Foste musica, agora es so ar.
Es o po das teclas do meu corpo.
Quase sempre, mais do que devia,
vejo-te quebrar a luz do caminho que escolhes.
Ja es transparente, gelado e ramificado.
Partes-te.
De vidros nos olhos, estas partido.
Partiste-te.
Partes.
Partes para o mundo dos cacos que nao se colam.



poemas para mim: Tatiana desenfocada.

martes, junio 07, 2005

La loteria es un juego similar al bingo...

Sandra

Proyecto de Teresa Villegas
Pintura al oleo, sobre

panel de madera en
gran formato.

lunes, junio 06, 2005

mino y viola

Estoy aquí, ya no en la ciudad, y es rara la ciudad sin mí. Aquí, en donde son claros los cielos, en donde camino por las calles provincianas y debajo de balcones que laten a bugamibilias..., debajo de acacias. Las cocinas, los negocios empiezan a abrirse, y de dentro empiezan los sonidos. Es raro, son voces pequeñitas, no es el sonido del metro. Una señora compra un jugo, en vaso rojo, de naranja, la peluquería aún no la abren, la muchacha a la que le pregunté la hora: 8:47, reloj móvil. Los novios también se levantan temprano, caminan como lo harían por las tardes: de la mano, se besan en los rellanos.
Quise pasear por atrás de Catedral, pero la ciudad ya no está aquí; soy solo y ciudad, cuando estoy en ella, caminando por vías, torciéndome en las esquinas, parándome enfrente de las panaderías, de esas de ventanales amplios; buscando esas redondelitas multicolores que alguna vez me contaste que te gustan, buscando otras calles, pensando en ellas: alguna vez pasé por aquí, contigo no pasé por aquí, aquí me dijiste esto, aquello; aquí sonreíste así, aquí nos detuvimos... No rodee la ciudad, solo aspire la vi poquito: cuando subió el metro (tres estaciones), y de noche: hay tantas lucecitas alrededor de la tuya. Hay lugares brillantes como barandillas en la mente cuando camino por la ciudad, en que recuerdo cosas que me contaste, lugares que recorrerás, que recorres sin mi, que no quise recorrerlos sin ti, intersecciones, bares pequeños, amores pequeños. Pero siempre que pase por esos lugares-cuando esté en la ciudad-en los que juntos anduvimos, sentiré la ciudad mía: nuestra.
Hoy uso mis zapatos de cuadritos (blanco rojo), piso los centímetros de tierra sin ti, piso lugares que no camine contigo. En la ciudad pisé con ellos 'tiempos', esquinas en las que te abrazaba, pisé parques en los que besaba tus besos.

miércoles, junio 01, 2005

Recorte

En la pared los recortes se desordenan con sus manos, se ordenan también con la suerte de un juego de dominó. No hay equilibrio entre las imágenes y textos que resaltan sobre el color del muro; encontramos el rostro reconstruido de Tutankamón y la última letra del alfabeto en gran tamaño, los zapatos de diseñador que usó una mujer en 'hartos' viajes; la portentosa pose del 'tío Víctor', cruzado de brazos, descansando en sí, despreocupado; el salto de dos contrincantes numerados, sonrisas ambiguas en los rostros de muchas mujeres, todas ellas con el negro anacrónico en el tono de sus faldas.
Cada imagen supone curiosidad, historias, sueños o simple ociosidad. Las relaciones se producen en el papel, en acomodar sus tamaños a las palabras. La 'zeta', por ejemplo, última en su fila, está ausente de la palabra que designa al faraón, éste, por el azar o el desacomodo, mira con su 'nuevo' rostro la aureola descubierta de una bellísima mujer, pero, su cráneo, ciego pesado y pasado se conforma con unos gastados tacones viajeros. Las posibilidades que el sentimiento y momento otorgan, forman un crisol de 'oportunidades' que, llenan 'esos' huecos en el estar, y en la pared; donde los recortes permanecen sujetos por milímetros de "diurex", por los toqueteos y miradas que se deslizan. El ojo los mira y relaciona, pero, es brevísimo el recuerdo. Apenas empieza a gestar el viaje del 'tío Víctor' a 'Faraónica', y basta un parpadeo para que le encimen el 'nuevo' que, la mayoría de las veces representa un opuesto. No hay ciudades fantásticas, hay imágenes recurrentes: de olvido, de horizontes, de extrañezas, imágenes que incitan a negar el tiempo, imágenes que niegan que exista una distancia. Así, el muro descolocado, transformado en trozos de mundo, es un recipiente transparente en donde todo en mínimo cabe.