lunes, mayo 11, 2009

Insomnio

Ahora estoy dormido y mañana qué. Escucho los pasos y las voces que me siguen de mi ayer. Y pienso en ese abril en que dejé mi depresión en las paredes de ese cuarto y salí a eso de los anillos. Eso me tiene aquí. En esta cama que noche a noche, como si de un mal se tratara, me hace viejo, me absorbe. Alguien se asoma entre la puerta. Siempre la cerraba, era ese miedo, era éste. Es el rostro de mi soledad sus pasos y sus voces que escucho cada noche. Dónde la he olvidado. Dónde la dejé. Me ha encontrado y sus murmullos me impiden dormir. Pero mañana qué. Inmerso en esta ciudad invisible para los ojos del mundo, donde la gente olvida a cada segundo sus alegrías y sus tristezas, sus agonías y sus pecados. A qué despertar. Inciertas horas. Las palabras me acosan.

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