sábado, octubre 27, 2007
Eres 'vos'...
No tengo sueño, todavía me faltan detalles técnicos en los planos. En los vanos intangibles que dibujo, se asoma el abismo negro de la pantalla que me hace recordar tu imagen; en los ejes, con su orden alfabético, con su colorcito verde, repaso una cronología de vidas que ya no están. Los quince centímetros con los que choco siempre se multiplican en el plano arquitectónico. Pero hay una estrella en la noche que me da lo más dulce, es ese tono afrancesado que tú llevas, es ese cómo.
miércoles, octubre 24, 2007
Ausente
Richard Blackmur
Sale sin diálogos, pensando en alejarse de este universo antropocéntrico. Cuenta las hormigas que se toman el agua de su vaso, el de color cremita que su hija le regaló. Va a la mesita, se sienta y mira las cosas que el hábito ha desgastado y cubierto de sedimentos. Encuentra relaciones inéditas, misteriosas. ¡Es mágico!—decía Germán—. Cuando escribe carga la tinta, se vuelve aproximativo, impreciso, lo hace adrede a propósito, otorgándose tajadas de vida. Su soledad es un término nuevo—¿cómo decirlo? ¿cómo explicarlo?—. Afuera, las luces del puerto mascullan invitaciones a ser voyerista. Afuera, de sus libros, los insectos gimen en la noche. Afuera, del campo visual de su visión, se prolonga su corazón hasta acá.
Retículas
Límite entre el espacio aéreo y el espacio ultraterrestre
1. El límite entre el espacio aéreo y el ultraterrestre sería aquel en el cual ya no existe atmósfera desde el punto de vista científico. La dificultad práctica que existe con esta teoría es la imposibilidad de precisar las fronteras de la atmósfera, ya que ésta no es uniforme, sino que comprende diversas capas.
2. Otra corriente sostiene que la soberanía estatal se extiende hasta aquella altura en la que es posible la ascensión y el vuelo de una aeronave en la atmósfera. La dificultad que ofrece este criterio es que el creciente progreso tecnológico en materia aeronáutica eleva constantemente la altura máxima en la que es posible volar. Otro problema, además, es el uso de ciertos tipos de máquinas híbridas que pueden volar como aeronaves mientras exista reacción aerodinámica, pero también pueden, con un sistema distinto de control, ser operadas como naves espaciales en ausencia de reacción aerodinámica.
3. También se sostiene que el límite entre el espacio aéreo y el ultraterrestre está constituido por el límite de campo gravitatorio de la Tierra, es decir, donde se desvanece la atracción terrestre y comienza a predominar la de otros cuerpos celestes. Este punto de vista ha sido criticado debido a que se extendería desmesuradamente la soberanía estatal, ya que se estima que la atracción terrestre alcanza hasta una altura de 260 000 kilómetros, en donde recién se produce el equilibrio con la atracción solar.
4. Para obviar estas imprecisiones y divergencias se ha postulado como límite máximo de soberanía y comienzo del espacio ultraterrestre una altura fija de 90 a 100 kilómetros. Este punto de vista tiene la ventaja de fijar con certeza un límite aplicable a todos los países y permite determinar con suma facilidad si un objeto dado se encuentra en el espacio ultraterrestre o bajo soberanía estatal.
En ausencia de un límite preciso, la opinión mayoritaria considera que el espacio ultraterrestre comienza por lo menos a partir de la altura más baja en la cual un satélite artificial haya sido colocado en órbita alrededor de la Tierra.
Tomado de: Ortíz Ahlf Loretta, Derecho Internacional Público
lunes, octubre 22, 2007
Cíclico
domingo, octubre 14, 2007
Cosas
viernes, octubre 12, 2007
Único
Imagenes de la obra "K", en Chilpancingo.
domingo, octubre 07, 2007
12:54 y 1/2
Comenzaré por escribir las palabras que recuerdo, las prolongaré en la pagina: las planizaré. Pronto se irá la pequeña noche que ensancha las horas en el pueblo, y llegaran las cosas vivas nuevamente a tropezarse conmigo. La cama me espera. Tu voz me alcanza las manos. Tus letras son como ríos en mí: fluyen, se calman, rompen... Distancia de cerros y de árboles nos acercan, los colores del sueño; nos besamos para despertar las estatuas: tú, de tu ciudad de templos y palacios; yo, de este pueblo repleto de capillas blancas y de santos. Quisiera acércame a vos y ser tu espacio
—rodear el tiempo...
ensanchar tu sonrisa; deslizar mis dedos en cada vertebra como en un piano. Las palabras me persiguen, hundo las manos en los bolsillos y salen volando como serpentinas, se van y vuelven, me acuesto en ellas sobre la grama. En la distancia a veces me atormentan, ojalá no las supiera, casi ninguna, pero al menos me quedara.....................
12:57