No la encuentro leyéndola así. Es como si no caminara con ella. Las palabras entonces me rechazan, me echan de la hoja. No hay pista "jota" o "efe", que indique qué camino, que línea he de seguir. Me pierdo sin ser laberinto. No me aceptan las "ies", ya no puedo escribir, porque sólo me dejan entrar las palabras si ella va en la hoja, si se desliza como un índice sobre terciopelo. Me desencuentro así, sin ti ahora en el papel. Aún repinto, tacho líneas, rayas escojo de los bordes, y en los márgenes, suelo empezar a desaparecer. Sin ti en la hoja, sin mi, sin rendirnos. S-
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