jueves, enero 09, 2025

Mantra

 "la pérdida de una persona podía desdoblarnos a nosotros los vivos, multiplicarnos."

"Aunque, mejor que «partido en dos», «roto»: Me siento roto."
Ocean Vuong


Alrededor de las dos de la tarde y sólo a veces salgo de casa a buscar un lugar que sirva menú. Hay algunos dispersos sobre las calles del barrio, en ellos nos aglomeramos algunos solitarios como yo frente a un plato caliente de sopa, trocitos de pan y casi siempre tres tortillas; un mantel de plástico y una mesa con la superficie despintada y destartalada como tienen algunas cosas que se usan mucho. Entibio mis huesos y mis manos con cada sorbo del guisado, que siendo enero se enfría muy rápido. Entonces todos comemos con celeridad y no alcanza el tiempo de cruzar miradas y palabras. Los más felices disimulan el frío porque vienen acompañados. Y no es que no quiera preparar algo en casa, pero es que ocurre algo a inicios de enero que vuelve los espacios cotidianos algo tristes, será acaso la escasa luz del sol, será acaso que nos acometen las ausencias a pensarlas, a imaginar sus siluetas rodando como canicas en el pasillo, mullendo el sofá, acodándose sobre la barrita de cocina. Por eso sólo a veces salgo a buscar esos tableros negros escritos con gis que ofrecen nopales carnes pechugas asadas y nunca pediría enchiladas para no abollar mi deshilachada nostalgia. Y al caminar entibio mis pies alejándome de esas ausencias gigantes. Alejándome de esas batallas que ya no quiero seguir dando. Amable y silencioso ve por la vida hijo—recitaba a Nervo mi padre—Y al caminar entibio mis pies alejándome, y al caminar entibio mis pies alejándome, y al caminar entibio mis pies alejándome, lo repito como un mantra de sanación, un mantra de vida.




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