lunes, diciembre 08, 2008

Marjane

Ahora me ha dado la loca de encontrarme con las palabras, pero ellas no llegan, se retardan. Será la sensación que tengo en la garganta, profunda carraspera, silencio que se fermenta. Les he hablado poco, he olvidado el lenguaje con las horas que se van. El cuarto me desmenuza, completito, y entre papeles y tisanas aparece con otro aire, de más allá, una voz que pretende hundirse en mí. Pecho desafinado, mi cuerpo en una esquina. Veo el muro como Bartleby. Pero todavía puedo ver mariposas bizantinas, nocturnas, que entran al cuarto manipulando con sus sombras la rectitud de la caja de tizas, el pulso de mis dedos. Puedo recitar de memoria poemas de Gide en esta noche... Estoy aturdido por las imágenes. El bosque, las calles, el viaje, el camino han sido lúcidos compañeros, los hecho de menos. Me distraen, me retraigo, me molestan estas cosas, luminosas, extraordinarias, que no me saben a nada. Entonces mi cabeza se dobla, el cuello se tuerce, despacito, intermitentes sensaciones difíciles de expresar. Estoy cansado, no dejan de interrumpirme, pero antes que cesé esto, me acuerdo de algo que me gustó mucho, hago caso a mi memoria: la vigilia de mi partida mi abuela vino a dormir a casa, cada mañana recogía flores del jardín y se las ponía dentro del sostén para perfumarse y cuando se lo desabrochaba caían flores de sus senos...

jueves, noviembre 27, 2008

Turismo vigilado

Mexicanos detenidos en Barcelona: Juan Villoro

"La primera noticia de que Barcelona es una zona de conflicto me la dio el escritor mexicano Tryno Maldonado, quien estuvo detenido varias horas en el aeropuerto de El Prat. Desconfiaron de los informes que daba acerca del festival que lo había invitado a la ciudad. Después de la tortura psicológica, pudo pasar. Como en alguna ocasión Tryno fue confundido con mi hijo, pensé que quizá su apariencia no era muy selecta para la capital del turismo fashion. Poco después, Jorge Volpi pasó por el mismo infierno, y hace unas semanas, Esteban Rossi, profesor de la Universidad de Princeton, se vio ante igual predicamento. Aunque se trataba de invitados con gastos cubiertos, pasaron por humillaciones en la aduana.
Su problema era ser mexicanos. Aunque las fronteras son, en sí mismas, operativos discriminatorios, y en todas hay quienes despiertan suspicacias, llama a escándalo que se hostigue a visitantes ajenos a todo deseo de quedarse a lavar platos. Esto da pie a una indignación superior. Si Jorge Volpi (Premio Seix Barral, doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca, director de Canal 22) es tratado como un menesteroso, ¿qué sucederá con los latinoamericanos que llegan a cuidar enfermos? La desinformación ha hecho que la paranoia cunda en las webs de turismo a España y algunos aconsejan llevar fotocopia de las escrituras de los amigos que te invitan.
Por desgracia, El Prat tiene la peor fama de los aeropuertos españoles. Como barcelonés vocacional, ofrezco nombres de catalanes exiliados a los que nadie molestó en la aduana mexicana. Escritores: Josep Carner, Agustí Bartra, Pere Calders, Avel.lí Artís-Gener Tísner, Anna Murià, Lluís Ferran de Pol, Ramon Xirau, Màrius Torres, Joan Sala, Artur Bladé i Desumvila, Lluís Ferran de Pol. Editores: Bartomeu Costa-Amic, Joan Grijalbo, Ramon Fabregat i Arrufat. Antropólogos: Pere Bosch i Gimpera, Joan Comas. Arquitecto: Feliu Candela. Médicos: August Pi-Sunyer, Pelai Vilar i García, Pelai Vilar i Puig. Matemático y astrónomo: Marcelo Santaló Sors. Historiador: Josep Maria Miquel i Vergés. Pintor: Vicente Rojo.
¿No basta esta lista para darle la bienvenida a un mexicano?".

(A unas semanas de viaje...)

miércoles, noviembre 12, 2008

Foco

Predomina el olor a mandarina en este entre llegar diciembre y terminarse noviembre. En el cielo, abunda el desconcierto, los límites no son claros. Machohua se divide, y la neblina de la noche apresura su desaparición. La ciudad se eleva, empieza a congelarse, los cimientos crujen y creemos que tiembla, pero no es así. Caemos. Nos aproximamos al silencioso y frío abismo del cielo, mientras caminamos por la calle de siempre. Los mismos árboles, los mismos muros, la siempre mano alta de Neo, saludando, guiando el cigarro lejos de su boca. Y de los gatos perdidos, ¿nadie se acuerda? Saltó antes a esta noche que se aproxima. Empiezo a sentir su olor a mandarina, y llega también la espesa violencia de su oscuridad a deformar las cosas. Pero me gusta. Los objetos salen de mis manos, ella los oculta, yo los palabreo. Agonizas. Extrañaré la oscuridad total del cuarto, de la casa de abuelos, de la calle donde caían las lluvias de junio que nos sabían a dulce. Cada día menos penumbra, cada vez más esta luz, estos objetos que se nombran para borrarte.

domingo, noviembre 02, 2008

Beatriz Preciado

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Muy buena!
de ti.

lunes, octubre 27, 2008

Permanece

En tus ojos, en los pliegues, en los brotes. Ojos que ríen. Olisqueo tu presencia, tu lánguida figura, con una avidez espero hundirme y tocar con el índice. Zumo dentro, índigos días, larguísimos, sutiles, secretos.
En tus manos, gubias suavísimas, tus azares, los caminos y las sendas. Hiedra acuática que se derrama. En los roces de las cinco yemas de tus dedos. Médano, acendrarás los días, los pasos en el pavimento, los quicios: lugares donde se esconden las larvas.
Tu voz críptica, tus labios esmaltados. Tu pelo, ansia tersa, diluyentes soplos que cohabitan.
Tus visitas, huellas tenues y breves. Pasos que puntean con ternura. Cima de amapolas. Lo irascible, el borde compartido, súbito.
Tus idas y venidas, sigilosas. Te escondes. Son tus huellas plomizas, encienden, le dan su amplitud al cuarto. ¡Iridiscentes! Sobre las piedras vetustas del patio.
Sitiar la corteza, agua para bordearla.
Se asoman, pequeñísimos destellos, pactantes, vaina sensitiva y luego reapareces metiéndote en ese muro relumbrante, y te vas nombrando, aplazando. Laúd nocturno, zafiro oculto.


- Entonces esto apareció cuando le di vuelta a las páginas del cuaderno. Parace que fue escrito en el tiempo que sólo leía Coral Bracho, en los 'atrios' de Regina Porta Coelli,

viernes, octubre 24, 2008

Take me out tonight



There Is A Light That Never Goes Out.

Pero no... no, me acuesto, hay una luz preciosa que ver.

jueves, octubre 23, 2008

Estrella

La caricia es una fortuna. Un presentimiento. A decir verdad, no soy verdadero. Una breve gota que se evapora. Una línea simple, un hacer, hecho para adivinar lo posible y lo que no se puede, queda por allá aquel vacío inconcluso. Lo que no renuncia a una espera. Decir que no me encuentro, sólo es una paradoja. Un símbolo que no figura en la memoria de nuestros secretos. Mi impulso dominado. No sabes ¿por qué pasó esto? Mi acaso terminado: saberte aún con vida. Uno puede fulminarse, decidir acabarse en el trabajo. Es la vida una pena, sentir que todo lo guardado se va para atrás. Y no hay vuelta, no se puede parar, no sé si sea infierno. Pero ¿Acaso te molesta la belleza? ¿Sin ti, mis ojos abiertos de qué sirven?—dijo Vergilio. Pero la belleza de tu cuerpo es dolor que sobrepasa a aquello que dulcifica el aire, el espacio en que agoniza tu voz.

lunes, octubre 20, 2008

All tomorow parties

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Esta serie de Poppy de Villeneuve me ha gustado mucho.

domingo, octubre 19, 2008

Estrella*

Ahora en la casa vacía. Uno está vacío de sí o de lo que ha sido, de lo que soy. Estoy siendo ahora de mí. Aprendiendo a ser lo que era—antes—ahora la casa así: llena de mí, de mí sólo. Me rodean los sonidos: áspides que me quieren tranquilizar. Los sonidos del TV, los de la lavadora del vecino piso arriba. Cuento mis momentos. Niños cuentan su historia en mi casa, llenando los retazos que me quedan.
—una cabeza puede ir al piso.
No sé, nado en el vacío que llena mi estar. ¿Cómo explicarlo? Acomodado en el sofá veo como ellos lloran las pérdidas. Y yo ¿por qué lloro? Las lágrimas caen adentro, en el vacío interno. Sube alto, asfixia. Sólo con mi cuerpo y una pierna insensible, entumecida.
—tenía que ser el derecho.
—qué bella foto de los niños.
Sólo ese sonido del mar destrozando a un Chillida infante, desplegó en la sala palpitaciones, breves signos de recuperación. Trato de mover mi pie, hago repeticiones. Sonidos de velocidad, ruedas, actos rapidísimos. Un desistir insoportable, desisto, no olvido mi estar.
—el hombre cruzando velocísimo la plaza, llevaba unas cinco horas sin poder llegar.


* De Estrella: libreta 1/4, pasta dura, forma francesa.

miércoles, octubre 15, 2008

Parco-aún-.

Un palabra se come a otra como un pacman cibernético, desordenándolo todo, agitando el corazón, removiendo esta arcilla del recuerdo, y mi nombre desaparece: omar oar or sólo un punto indeciso sobreviene: ombligo, pliegue de agua en su interior. Y este chico que no deja de hablar de Almodovar y del colectivo “Animas”; del alemán, fondeándolo todo con su pared de ciento cincuenta películas: Santa Sangre, Muñecas, Naranja, me parece estar viendo los anuncios del cineclub universitario, lugares físicos comunes que no me atraen, yo quiero una emoción, una más allá de esta. Quiero besar el envés de esa montaña, alta y silente como un espejo de pasadas caminatas, brincar hacia la noche. Quiero atravesar tu ternura con mis besos, pulsar mis palabras para ti.

viernes, septiembre 19, 2008

De política

A una semana de publicado y a una semana de viaje, pido disculpas porque hasta hoy leí a Ayora. Abrazo compañero!

Poner límite al poder de Zeferino

Lorenzo Ayora Guzmán

Desde la antigüedad griega, Aristóteles empezó a hablar de la importancia que tiene la democracia para la convivencia armónica de la ciudadanía al hacer referencia de los gobiernos mixtos. Más tarde se ocuparon de ese mismo asunto Maquiavelo, Locke, Montes-quieu y los padres fundadores de Estados Unidos: Madison, Hamilton, Washington, Jeffer-son... Poner límite al poder era la clave. Concluyeron que para lograr de los hombres rectitud en su actuar público no habrían de esperar de ellos por la buena esa actitud, sino establecer reglas claras para el ejercicio del poder, lo que comportaría el no sometimiento de un poder a otro, sino su relación simétrica, es decir, que un poder reconociera el status pleno del otro poder. Sólo así funcionaría normal el cuerpo político de una sociedad determinada. En nuestro estado es necesario que los poderes judicial, legislativo y municipal, no sigan sometidos al poder ejecutivo. Entre ellos debe haber un respeto recíproco. Más claro aún, que el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo respete las atribuciones de los magistrados y jueces, de los diputados, de los presidentes municipales. Ese respeto irrestricto a todos ellos es la condición sine qua non para que los poderes públicos funcionen con normalidad, de lo contrario pueden generarse situaciones de inestabilidad que a nadie convienen. Por eso la esperanza en lograr lo anterior no debe fundarse en la buena fe de los hombres que ocupen esos cargos, sino en la división de poderes, en lograr que unos y otros se vigilen, porque el hombre, suponiendo sin conceder, que es bueno por naturaleza, cuando se mete a la política “saca lo peor de sí”, según dice Robert Michels. De lo que se infiere que por la buena no hay que esperar nada bueno de nuestros políticos. Por eso mismo, lo mejor que la sociedad guerrerense puede esperar de esta justa electoral que culminará el 5 de octubre es que la próxima composición de estos poderes debe recaer en los distintos partidos que compiten. Sólo eso garantizaría que se cuiden las manos los unos y los otros, porque se sabrían vigilados entre sí, y quizás así se lograría el buen funcionamiento de estos órganos. Por otro lado, el PRD evoca la defensa del petróleo, el reparto agrario, a los luchadores sociales del mundo perseguidos en sus respectivos países, el respeto a la disidencia política, el trato justo, equitativo y de humildad a los desprotegidos. Pero en desprecio a estos principios, su gobierno en Guerrero humilla la comunidad de Mini Numa que exige el elemental derecho a la salud; somete a un verdadero calvario a los comuneros de los pueblos donde a cualquier costo pretenden construir La Parota; encarcela a sus dirigentes, lo mismo que a cinco indígenas de Ayutla; firma y respalda la Alianza por la Calidad de la Educación, que afecta los derechos de los maestros que por eso mismo la repudian; promueve la privatización de CAPAMA, que es eso lo que se pretende y que era ese el conflicto entre Zeferino y Félix. Y muchos etcéteras más. Por desgracia el PRD en Guerrero ya es un espectro. No existe orgánicamente. Lo que sí hay es un grupo de empresarios ávidos de hacer negocios, lo que les despierta su acucia para usufructuar las siglas del PRD. Este grupo de empresarios está dirigido por el contador Zeferino Torreblanca, actual gobernador, grupo cuya ideología y práctica son a todas luces panistas, pero como el PAN en Guerrero y especialmente en Acapulco es un cero a la izquierda, no entraron a él, sino al PRD, en el que no sólo han desplazado a sus dirigentes, sino que incluso los han subordinado. Ahí están los ejemplos de Guillermo Sánchez Nava, defendiendo denodadamente como legales las prácticas ilegales de Zeferino, al inmiscuirse en el proceso electoral actual; y Armando Chavarría, quien fue alineado como vocero de la candidata zeferinista Gloria Sierra. No hay otra forma mejor de exhibir a este grupo que desenmascarándolo y desnudándolo ante la sociedad guerrerense como lo que son: empresarios metidos a la política para incrementar sus fortunas bajo el cobijo del PRD. Por eso, para bien de la democracia y del PRD, paradójicamente su candidata la señora Gloria Sierra, debe perder. Y el senador Luis Walton debe ganar, porque aunque no sea una perita en dulce, su triunfo contribuiría a limitar y equilibrar el ejercicio del poder político.

jueves, septiembre 04, 2008

Nosotros

horas 

No queríamos dormir 

nos queríamos comer el mundo 

No podíamos dejar de estar a solas ni un segundo 

Ida y vuelta de la cama 

a la alfombra voladora 

nos bastaba con dejar pasar 

dejar pasar las horas 

Horas, horas,

colgados como dos computadoras 

Horas, horas,

meta echar carbón en la locomotora 

Recorriendo aquel edén 

de sólo dos metros cuadrados 

¿Que será de aquel colchón, de aquel colchón tan maltratado?

Allá íbamos tu y yo 

llevados por el remolino 

nos dejábamos caer, caer, 

caer hacia el destino 

Durante horas, horas, 

colgados como dos computadoras 

Horas, horas,

meta echar carbón en la locomotora 

No queríamos dormir 

nos queríamos comer a besos 

No queríamos dejar de cometer ni un solo exceso 

Nos venía a saludar en el balcón la luna llena 

Nos bastaba con dejar morir 

dejar morir la pena 

Horas, horas, 

colgados como dos computadoras 

Horas, horas,

meta echar carbón en la locomotora


(contigo)

drexler.

miércoles, agosto 27, 2008

Pink moon

Esa vez viajamos despacio. La luna rosada agrandó nuestra alegría y despistó el cansancio. La verdad se deslizaba en el piso. Húmeda tú, de fragancias lejanas. Apenas entreveíamos a los habitantes. Ajenos al exterior: cerraban ventanas, cerraban cortinas. Sonidos de campanas— creímos estar cerca del centro—dejando la periferia, volteando tus ojos de la luz. Ni el frío, ni el hambre nos inmutaba, pues había mensajes con tinta cerca de allí: instrucciones para sobrevivir la noche, lenta y alta, entonces oscuridad como maquillaje de tus ojos. Nos atrevimos a cortar el silencio y las palabras que pronunciamos ahorita se añejan allá: discurren sobre la arcilla de los muros, y tal vez esa, la que dejaste sobre el antepecho de la ventana, nos señaló el camino que iluminó de emoción todos los instantes.


lunes, agosto 11, 2008

Si me permites ser cursi

Para Maribel, con todas la ganas...

jueves, julio 31, 2008

Sobre-mate

The smell of moisture in books, on concrete, in trees, in my closet, in my hair.


Las mujeres sobran, la hierba mate no. Pero cómo decirlo para que sea claro. Tal vez por eso me gusta, porque no es claridad en la boca, como un beso arrebatado del que te acuerdas. La hierba posee el agua, la va haciendo exigua, parece explicación de que todo tiempo es pasado, fugaz; de que el instante lúdico del rito se completa a cada sorbo. Cuando empiezo a cebar, finos pedazos de hojas atraviesan la bombilla empachando de gusto la boca; la garganta que desde dentro anhela besos de ventrílocuo… debería callar. Pero la experiencia lo amerita. Me imagino solo—así una experiencia te sabe más—sólo en la Sierra que me impone, cargando la cruz de malta que mi amigo Yoztaltepetl, bien supo llegar acá. No hay nada, y los recuerdos lo embellecen todo. Pienso en las gradas informes y el sol quemando el cuello en Guanajuato, en el tapado ojo de la luna de San Luis: el recuerdo casi real, mítico. Proliferan sabores, el amargo de la despedida tensa, este sabor que liviana mi cuerpo, entonces parece que exudo formas de flores y de aves que vuelan allá donde ocurrieron los recuerdos. Saboreo, cebo, pues, solo, en este rincón gris donde acomodo la vida, por ahora.


miércoles, julio 23, 2008

Él, mismo todavía.

El rompimiento lo conminó a estar largas horas en la oficina. Él, mismo todavía. Afuera los cambios transcurren en diapositivas, proyectadas sobre muros sin ojos. La patina cae con la lluvia, lava su superficie, arruinando anuncios, transformándolos. Entonces, más viejos, más naturales, casi pétreos, perecen levemente en la ciudad. Aprieta sus ojos, como queriendo no ver que empieza el día, pero hacer eso le evoca recuerdos: se vuelcan las lágrimas hacia dentro, se tensan, se rompen y los deja salir. Existió, tal vez. Entre papeles y hojas de reciclaje, clips, lapiceros, gomas, materiales nobles, demasiado desechables, en una oficina, él, mismo todavía, se está hundiendo, arenas movedizas para olvidar. Trabaja, pero no se da cuenta. Piensa en las horas agradables en que olvidado del teclado, acariciaba su cabello triste, el de ella, la ausente, el alfiler que se hunde en sus uñas cuando escribe, que le pica cuando dobla una hoja.

miércoles, julio 09, 2008

Agua lenta en el país llano

Te extraño Berlín

Te extraño Barcelona

Lugares que husmear, pero sin extensión. Agridulce noche lluviosa.

Mutantes los objetos salen de mí.

Las piedras cartesianas del camino.

Te abrazo Berlín

Te abrazo Barcelona

jueves, junio 26, 2008

Sólo estar...

Es junio, las ramas de las acacias todavía aferran a su carne las flores. La peña, la raíz, el fuego. La sangre que viaja. Ella y la luna. Samba triste en los auriculares. La numerología romana. El hilo que se añade a la camisa. La temperatura: precisión que permite multiplicar las imágenes almacenadas; hace tiempo, todavía siento el frío. La orientación poniente de la fachada quema las paredes blancas, un sueño preciado: Lisboeta. Por extraños caminos se han ido los viejos amigos. Siento su tremenda falta. ¿Alguien que camine conmigo esta noche? Las mujeres pasan con sus labios despintados, con bolsos punteados; los hombres beben las chelas, las luces se quedan mientras avanzo. Mirar me desaparece y me aparece. Esto es consecutivo.

viernes, junio 20, 2008

Entonces escribió para mí.

...estoy intentando escribirte con todo el cuerpo, enviarte una flecha que se hinque en el punto tierno y neurálgico de la palabra. Mi cuerpo incógnito te dice: dinosaurios, ictiosauros y plesiosauros, con un sentido tan sólo auditivo, sin que por eso se convierta en paja seca, sino húmeda.
Mis desiquilibradas palabras son el lujo de mi silencio. Escribo porque deseo hablar enormemente. Aunque escribir sólo me esté dando la gran medida del silencio...

*C.L.

sábado, junio 14, 2008

lunes, junio 09, 2008

Trío

Te lo dije, recuerdas... Habíamos ido a la Plaza, el paseo vespertino. Si no hubiera sido por el clima, la naturaleza del tiempo, las inquietudes, los caprichos. Íbamos los tres: Marco, tú y yo. Si no fuera porque Marco sugirió el helado, que era una promesa de amainar el calor. Sin sospechar que ese aperitivo fugaz, que ni siquiera mitigó el tiempo, nos cambiaría. Eso estaría bien, decía con sus gafas puestas, objeto que lo hacía ausente y presente a la vez, porque a través del óvalo oscuro podía mirarnos, ser testigo, juez. Total, si no mirábamos sus ojos, era como si sólo estuviéramos los dos. Tú llevabas esa blusa que compramos meses atrás en Santo Domingo, los labios carmesí, pero el clima te abochornaba, parece que te sedujo al momento la propuesta de Marco, la insinuación del helado, y yo, por prolongar tu sonrisa me ofrecí a ir por ellos. Atravesaría esa calle donde el destino empezó a mover sus infames piezas. Más fácil que me hubiera ocurrido un accidente: un automovilista alocado, un chicle en las suelas de mis zapatos, un grito tuyo, de esos que me decías por las mañanas: quédate aquí, pero no... no hubiera ido, o quizá... Pero esto, esta acción que vaticinó Marco al momento de hacer la sugerencia, me condenó a desoírte a desmirarte. Por qué no me detuvo alguien, algún despistado peatón, algún poli para infraccionarme por caminar rápido. Por qué tuve que agobiar tu sonrisa, si ya estabas contenta, para qué más. Por qué siempre este sentimiento de insatisfacción, en todo momento. Si estamos tristes tratamos de sentirnos más tristes, si alegres, también lo hacemos. Crucé la avenida y llegaban a mí los recuerdos: papá despidiéndose cuando el bus se iba por esa misma calle donde ahora pasaba, los recuerdos los imaginaba como canicas que salían de mis bolsillos rotos: ese primer sueldo que me metí al mezclilla estimado, que se perdió entre el ir y venir de los paseantes. Las veces que te esperaba, que te cantaba, que te hablaba parco y con la cabeza gacha, porque me intimidabas hasta tal punto, que a veces me daba miedo mirarte, sufría cuando tu presencia envolvía mis pasos, sin embargo estaba feliz de que te fueras conmigo. Como aquel paseo a Pachá, aquella caminata que duró varias horas y nos recostamos vencidos por el cansancio en el vientre de la pirámide, y me regalaste colores, y me hiciste besos en la piel, yo estaba muy contento, y entonces, miré ese abismo delante de nosotros, cómo es la naturaleza--dijiste--y me dio miedo, me asustó tanto creer que te morías, que podrías estar cayendo a ese abismo de ausencia, a ese abismo cuando no estabas tú, al abismo de un futuro sin ti. Pero me reías, me abrazaste y alejaste todos mis miedos.

ps. primero