jueves, junio 26, 2008

Sólo estar...

Es junio, las ramas de las acacias todavía aferran a su carne las flores. La peña, la raíz, el fuego. La sangre que viaja. Ella y la luna. Samba triste en los auriculares. La numerología romana. El hilo que se añade a la camisa. La temperatura: precisión que permite multiplicar las imágenes almacenadas; hace tiempo, todavía siento el frío. La orientación poniente de la fachada quema las paredes blancas, un sueño preciado: Lisboeta. Por extraños caminos se han ido los viejos amigos. Siento su tremenda falta. ¿Alguien que camine conmigo esta noche? Las mujeres pasan con sus labios despintados, con bolsos punteados; los hombres beben las chelas, las luces se quedan mientras avanzo. Mirar me desaparece y me aparece. Esto es consecutivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No caminas solo.