lunes, octubre 27, 2008

Permanece

En tus ojos, en los pliegues, en los brotes. Ojos que ríen. Olisqueo tu presencia, tu lánguida figura, con una avidez espero hundirme y tocar con el índice. Zumo dentro, índigos días, larguísimos, sutiles, secretos.
En tus manos, gubias suavísimas, tus azares, los caminos y las sendas. Hiedra acuática que se derrama. En los roces de las cinco yemas de tus dedos. Médano, acendrarás los días, los pasos en el pavimento, los quicios: lugares donde se esconden las larvas.
Tu voz críptica, tus labios esmaltados. Tu pelo, ansia tersa, diluyentes soplos que cohabitan.
Tus visitas, huellas tenues y breves. Pasos que puntean con ternura. Cima de amapolas. Lo irascible, el borde compartido, súbito.
Tus idas y venidas, sigilosas. Te escondes. Son tus huellas plomizas, encienden, le dan su amplitud al cuarto. ¡Iridiscentes! Sobre las piedras vetustas del patio.
Sitiar la corteza, agua para bordearla.
Se asoman, pequeñísimos destellos, pactantes, vaina sensitiva y luego reapareces metiéndote en ese muro relumbrante, y te vas nombrando, aplazando. Laúd nocturno, zafiro oculto.


- Entonces esto apareció cuando le di vuelta a las páginas del cuaderno. Parace que fue escrito en el tiempo que sólo leía Coral Bracho, en los 'atrios' de Regina Porta Coelli,

viernes, octubre 24, 2008

Take me out tonight



There Is A Light That Never Goes Out.

Pero no... no, me acuesto, hay una luz preciosa que ver.

jueves, octubre 23, 2008

Estrella

La caricia es una fortuna. Un presentimiento. A decir verdad, no soy verdadero. Una breve gota que se evapora. Una línea simple, un hacer, hecho para adivinar lo posible y lo que no se puede, queda por allá aquel vacío inconcluso. Lo que no renuncia a una espera. Decir que no me encuentro, sólo es una paradoja. Un símbolo que no figura en la memoria de nuestros secretos. Mi impulso dominado. No sabes ¿por qué pasó esto? Mi acaso terminado: saberte aún con vida. Uno puede fulminarse, decidir acabarse en el trabajo. Es la vida una pena, sentir que todo lo guardado se va para atrás. Y no hay vuelta, no se puede parar, no sé si sea infierno. Pero ¿Acaso te molesta la belleza? ¿Sin ti, mis ojos abiertos de qué sirven?—dijo Vergilio. Pero la belleza de tu cuerpo es dolor que sobrepasa a aquello que dulcifica el aire, el espacio en que agoniza tu voz.

lunes, octubre 20, 2008

All tomorow parties

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Esta serie de Poppy de Villeneuve me ha gustado mucho.

domingo, octubre 19, 2008

Estrella*

Ahora en la casa vacía. Uno está vacío de sí o de lo que ha sido, de lo que soy. Estoy siendo ahora de mí. Aprendiendo a ser lo que era—antes—ahora la casa así: llena de mí, de mí sólo. Me rodean los sonidos: áspides que me quieren tranquilizar. Los sonidos del TV, los de la lavadora del vecino piso arriba. Cuento mis momentos. Niños cuentan su historia en mi casa, llenando los retazos que me quedan.
—una cabeza puede ir al piso.
No sé, nado en el vacío que llena mi estar. ¿Cómo explicarlo? Acomodado en el sofá veo como ellos lloran las pérdidas. Y yo ¿por qué lloro? Las lágrimas caen adentro, en el vacío interno. Sube alto, asfixia. Sólo con mi cuerpo y una pierna insensible, entumecida.
—tenía que ser el derecho.
—qué bella foto de los niños.
Sólo ese sonido del mar destrozando a un Chillida infante, desplegó en la sala palpitaciones, breves signos de recuperación. Trato de mover mi pie, hago repeticiones. Sonidos de velocidad, ruedas, actos rapidísimos. Un desistir insoportable, desisto, no olvido mi estar.
—el hombre cruzando velocísimo la plaza, llevaba unas cinco horas sin poder llegar.


* De Estrella: libreta 1/4, pasta dura, forma francesa.

miércoles, octubre 15, 2008

Parco-aún-.

Un palabra se come a otra como un pacman cibernético, desordenándolo todo, agitando el corazón, removiendo esta arcilla del recuerdo, y mi nombre desaparece: omar oar or sólo un punto indeciso sobreviene: ombligo, pliegue de agua en su interior. Y este chico que no deja de hablar de Almodovar y del colectivo “Animas”; del alemán, fondeándolo todo con su pared de ciento cincuenta películas: Santa Sangre, Muñecas, Naranja, me parece estar viendo los anuncios del cineclub universitario, lugares físicos comunes que no me atraen, yo quiero una emoción, una más allá de esta. Quiero besar el envés de esa montaña, alta y silente como un espejo de pasadas caminatas, brincar hacia la noche. Quiero atravesar tu ternura con mis besos, pulsar mis palabras para ti.