miércoles, febrero 14, 2007

14 días del mes de febrero

Notas del día
Escucho con una atención medrosa todas las voces del pasillo, confieso que preferiria el anonimato; se hablan y se rien, se cuentan, se gritan y el vocerio se me mete hasta los huesos, tal vez estaré a punto de enfermarme, no lo sé. Llegan y hablan sin molestarse, como si fuesen únicos, ignoran a los que están detrás de los muros. 9:05 hrs.

La puerta está entreabierta, por allí cabe todo el universo de sus ojos; por los vidrios, testigos de una fuente en ruinas miro la estructura de su espalda. Los segunderos de la luz empiezan a colorear el gris de las paredes, esos cubos impertinentes que turban su silencio, su alegria y la hacen ocultarse de mis ojos. Toda la vista existiendo inexplicable, un rastro, una cometa. Volábamos como si fuéramos papalotes: enredados. Nos extingue el viento, la arena de los pueblos de infancia nos aniquila. Y yo la busco, inexplorable, virgen, hundida en los secretos de la tierra, altísimo es nuestro vuelo, es hora de caer. 9:17 hrs.

Tengo en la boca esa sensación de gusto, de conocimiento. Me acompaño de la música: "where did the living so", pienso en una mujer de cabello negro y corto, con esos ojos claros que te convierten en estatua. Pensamiento tan vívido el que sentí, que pensé que estaba sentada a mi lado. Siempre he tenido esa curiosidad como un anacronismo personal, cómo decirlo, cómo explicarlo: de estar sentado al lado de gente, muchacha de mi misma edad pero de tiempo muy dispar. Así que pienso en esta irónica belleza que ronda más en un personaje onírico que en lo real. Con sus facciones finas, sutiles, pero con un aspecto temible, enérgico. Parpadeo y desaparece. 9:30 hrs.

Tal vez se deba a aquella extraña cosa que me regaló esa aventurera en Río Domingo, pero no ha pasado momento en el día en que no la recuerde. Tengo sueño, el día de ayer, de celebración del Santo, hubo pachanga y mucho mezcal, y estuve tentado a no participar en aquel festín pero pudo más mi vicio y regué la risa con escuálidos señores por la plaza y calles. Allí la conocí, estaba lavándose los pies en una de esas extrañas conchas que solía haber en los pueblos antiguos. Olvidé a los compañeros y la borrachera se convirtió en deseo. El agua recorria su piel y ella se frotaba las manos desde los dedos hasta los tobillos; en su posición, casi en cuclillas, por un bellísimo movimiento geométrico, que rivalizaba con las perfectas formulas del libro de aritmética; su cabello cubria su rostro, como un velo místico que hinchaba la ilusión en mí. El sonido, toda la algazara parecía haber cesado porque sólo la miraba. La imaginé tendida y yo a su lado escuchando su extraña voz contándome historias en un dialecto mágico y misterioso. 9:48 hrs.

Hay, te veo y siento esta maldita afección en el corazón. 10:48 hrs.

El amor tendria que ser libre, tendria que hacemos sentir vivos, como esa vieja canción de Fobia. Si ella quiere venir, que sea bienvenida, sino, como en Amelie: pues no. Pues no pasa nada en esta vida que no lleve a otra casualidad. La selección es un azar a veces, es emocional, no es nada clara. La ilusión es una noche estrellada donde te enamoras de una estrella, aunque hay varias, sólo hay que mirar para otro lado, girar el cuello, quitarse el polvo de enamoramiento de los ojos. Me gusta esta quietud y este semiestado de inconciencia-digo semi porque no estoy completamente inconciente, porque puedo escribir, ver, pensar-te-me gusta pensarte, me gusta pensar tu nombre junto al mío, me gusta pensar tu letra y mirarte lejos; me gusta pensar que estás pensando en mí. Ayer caminé sin ti, pero muchos días he caminado así; podría caminar sin fin buscándote porque sé que estarás en algún lado, y escribirás mi nombre en tu piel en la palma de tus manos. Si cierro mis ojos veo una sonrisa que no he visto, si hablo, mi voz se desvanece, huye rápido a estrellarse en una imagen que no existe, sin embargo late, crece, se ensancha cada día y me seduce más y más. Y todo es posible en este espacio en que no estás. Puedo nutrirme de algo que no ha pasado y desear que el pasado hubiera sido contigo. Cuando veo mis manos, imagino la tuya manteniéndolas al aire, elevadas, porque sin la amorosa fuerza de ellas las mías se encogen, me pesan, cuelgan de mi cuerpo ... se preparan para un abrazo. Cuando duermo, los instantes en que te sueño son urgentes sugerencias de tu compañía. Hoy amanecí sin ti y contigo, qué hermoso, cómo hasta en las palabras hay separación y cercanía: "sin ti", donde yo voy siendo sin y tú ti; y cuando esté "contigo", trasmutaré mi emoción, mi alegría y seré contigo, y tú estarás en medio de mí. Hay, quisiera alcanzarte un beso, quisiera abrazar todo tu cuerpo inmaterial, invisible, inadmisible en este paralelepípedo donde fabrico tu encuentro conmigo. 11: 14 hrs.
He recibido, por el día, en una bolsita de papel celofán, al parecer, chocolates. El rojo abunda y corazones diminutos imbrican la envoltura de estos caramelos de forma ovoide. También hay un listón rojo y una tarjeta donde se ve a un par de osos polares, de peluche, darse flores y desearse "un día lleno de buenos momentos". Contrasta con su piel el negro de su nariz. Lo curioso es que hay un sol de atardecer y el paisaje luce lo bastante cálido y campestre para lo polar de su vida bidimensional. Agradezco la-acción valiente de la portadora de estas sorpresas. Me han obsequiado dos paletas más, con la gastada forma del corazón; la primera fue por casualidad, porque yo pasaba por allí y alguien, que traía una bolsa enorme llena de paletas, estaba repartiéndolas, y haciendo un gesto muy chistoso con la punta de sus labios me la dio
-es un corazón que tiene un hueco, ya viste que es en forma de corazón también.
La última, o corazón paleta, me la regalaron a cambio de un abrazo, fue un trueque un poco forzoso porque no acostumbro, y menos en público, a mostrar afecto; así la recibí, y cerraba los ojos y me acordé de aquella camioneta saturada de globos rojos en forma de corazón, mejor pensé en las fotografías de los glóbulos rojos y ahhh ... 11 :28 hrs.

Contigo es distinto porque las palabras no fluyen fácilmente, se me quedan en la lengua. Y yo me siento distinto y muy callado. 12:11 hrs.

Ahoga este sentimiento, aniquílalo, asesínalo, se imperativo con tus emociones: quémalo y esparce sus restos para que se lo coman las mariposas blancas, los peces, para que las lombrices lo lleven al interior húmedo de la tierra. Aléjate de él, encuéntrate; despistado vuélvete: olvídalo como una camisa que extraviaste en el salado mar; hazlo cosa, desaparécelo, para ordenarte para seguir. 13:11 hrs.

Toneladas de pájaros vuelan rítmicos, oscurecen el pavimento. Sus sombras se estrellan en arbustos, en pretiles, en bancas, en kioscos, en gente que pasa. 13:21 hrs.

Hay como descargas en el pecho, como si empezara a crecer el esqueleto. Siento esta fiebre, este alboroto químico en mi cuerpo. 14:15 hrs.

Ayer cumplió años doña Mago, mujer longeva y muy estimada por todos en el edificio. Ella dice que ha trabajado toda su vida, que no tiene quién la recuerde pero por ella han pasado varias de las generaciones que han hecho a Chilpancingo lo que es. Trabajó de nana la primera vez que estuvo aquí, en la ciudad, porque ella provenía de un pueblo anónimo en la geografía de Guerrero, y la llamaba ciudad con orgullo-todavía la llama-. Dejaba toda una mudanza y caminatas en el campo para internarse en estos espacios sombrios y rudos del trabajo. En sus manos lleva las marcas de cada año de sufridas labores y tareas, y, en su rostro, permanece inmune una alegria que quedó en suspenso. 14:43 hrs.

Las hojas de aquellas plantas no se mueven a propósito, es el viento quien las menea, las azota; se ven como cuando a alguien están golpeándole y pone su espalda para contener esa furia. 14:47 hrs.

Empezareis por empolvar la nariz y no cesar hasta que nos sangre. Cuando hayan caído las primeras gotas, esperar un momento y, después, continuar con el procedimiento y así, sucesivamente. 14:49 hrs.

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