domingo, abril 15, 2007

De notas de viaje

Todo mundo es joven en la playa. Contemplo esta tristeza muda del mar en esta noche que estoy solo, entre las voces y Sandra que se fuga. Mezclo mi voz con la de ellos con el pretexto de fugarme e irme a dormir sobre la arena, al lado de tanta agua que siempre habrá tiempo de sentir y de tocar, para ver otra vez ese rostro de mujer que reía, de larga nariz y labios finos. Recuerdo que caía la noche en la ciudad. Aquel día los militares marchaban sin pudor cargando doblada la bandera nacional. Yo me había sentado en el suelo, contra una columna del Ayuntamiento. Los que pasaban me sonreían. Las luces de catedral empezaban a iluminar su fachada haciendo más claro su dibujo. La luna era un disco perfecto. Solo contra las piedras muertas de la columna esperaba esa alegría que era la justificación de todo, de este esplendor de ciudad. Yo sabía que muchos ojos habían visto esto, que se habían sentido así, pero para mí era como la primera sonrisa de Sandra. En el cielo mezclado de lágrimas y estrellas yo te recuerdo.
Mazunte, Oaxaca, abril 2007

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