miércoles, mayo 09, 2007

"Mi Vida Entera"

Aquí otra vez, los labios memorables, único y
semejante a vosotros.
Soy esa torpe intensidad que es un alma.
He persistido en la aproximación de la dicha y
en la privanza del pesar.
He atravesado el mar.
He conocido muchas tierras; he visto una mujer
y dos o tres hombres.
He querido a una niña altiva y blanca y de una
hispánica quietud.
He visto un arrabal infinito donde se cumple una
insaciada inmortalidad de ponientes.
He paladeado numerosas palabras.
Creo profundamente que eso es todo y que ni veré
ni ejecutaré cosas nuevas.
Creo que mis jornadas y mis noches se igualan en
pobreza y en riqueza a las de Dios y a las
de todos los hombres.

JLB


Me soñé muerto y nada había cambiado. Sólo los rostros crispados de mi familia. Todo lo demás estaba igual que cuando me imaginaba vivo. Tal vez recordé dos nombres en el momento que perdía la vida, no recuerdo más. Mi jaula es mi cuerpo, inerte, pesado, allí me quedé encerrado en medio de pasillos como los de la casa de Asterión. No pronuncié lenguaje, no miré nada, ni escuché, sólo podía pensar. La total negritud no era tan bella como los destellos que a veces me sobrevenían. Sin embargo, caminaba, estoy seguro, pero no sentía un piso, estaba a la deriva. Intenté tocarme, pero no había cuerpo, no había manos pero las sabía conmigo. Mi muerte no opacaba, sin que fuera mi deseo, el ritmo del mundo. Qué era entonces. Por qué morirme cien veces en un sueño. Más que morir, me dolía profundamente el dolor de mis padres, y era extraño, puesto que ya estaba muerto. Desperté con los ojos acuosos, señal de que sigo soñándome. 14:04 hrs.

No hay comentarios.: