martes, junio 14, 2005

Aretes

En ella... el recuerdo de tus joyas, una la llevo cerca a mí, entre mi corazón...

En el fin de toda noche como esta, fuimos invadidos levemente por una lluvia agotada, sin la fuerza necesaria o fue furia la del viento más, porque cesó pronto, casi como la instantánea que nos tomamos en la azotea..., de tarde. De nuevo podría comenzar-dicen-porque calor hace, porque el gato con temor ha vuelto, porque ventanas algunos cierran, porque corren en la calle sin paraguas, porque algunos se besan bajo estrechos toldos: se esperan... dilatando su amor en sus bocas en sus labios secretos, de un rojo negro; en penumbras esperan retardarse en una lluvia que no empieza. O fue la repentina mala suerte, de unas ganas, de mis ganas de llover y, sentir este cansancio de caer como gota, sin pender de pensamientos, de dormir... bien.

Gustave Klimt: The Kiss

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