domingo, junio 12, 2005

Mensaje

Me siento para contestar en la tranquilidad y soledad el mensaje-tan esperado-mis ojos empiezan a partir-se, quebrándose... casi no puedo parpadear. El dolor transformándose, avanzando en mí, como hormiguitas arrancando pedacitos de mí, quedándose. Apenas puedo escribir, ¡imposible escribir un poema! Procedo con las gastadas palabras: los mediodías larguísimos, my bad poetry... Cómo me ha afectado, hay palabras que alejan, y esa es tan blanca como el paisaje polar de esta hoja. Me corta, me parte; divide mi silencio... hace más ancho el hueco que siento. Y solo quedan las ganas de llorar, quedan segundos últimos, sitios inexistentes que cristaliza la memoria: cada calle contigo, cada metro contigo, cada escalera contigo, es decir: desde que estabas. Los ojos miran el suelo pisado 'sin', un suelo sin la 'diamantina' que dejaban tus pasos. Quizá en otro tiempo; quizá, todavía, en este tiempo en que trato de acoplarme al ritmo del universo. Me he tardado escribiendo planas y planas de letras que no sé... Me he demorado en noches de tormentas tachando una palabra que me duele, y las horas extendiéndose tanto al recordarme sentado veinte centímetros por encima del asfalto: esperándote con los ojos empañados.
Qué manera de hacer viento. Cada vez viento más, como han sido todas las noches acodado en el balcón de la terraza, esperando el triste solo quieto momento de pensar en ti.

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